jueves, 13 de junio de 2013

Texto Literario

VOCACION ENCONTRADA

Era miércoles 15 de mayo, me encontraba yo de nuevo en medio de mi tristeza, en un lugar desolado, solo, sin nadie que me acogiera, deseando la salida de el mundo oscuro en el que me encontraba, me había convertido en un ermitaño, mi vida estaba envuelta en un entorno un poco extraño. En uno de mis intentos de superar la pérdida de mis padres quise ir al parque, eran las 09:30 p.m estaba algo solitario el sitio, de repente vi una sombra esbelta de una mujer, mi asombro fue tanto que decidí acudir hacia ella, me acerque y le dije:
Hola, cómo te llamas? Ella algo asombrada me respondió:
- Me llamo María Clara, y usted? 
- Jerónimo Díaz, es un gusto conocerla, hermosa dama! Que hace a estas horas de la noche en un lugar tan solo?
-  Quería tomar un poco de aire, y me encontré con algo mejor. 
- Que honor tus palabras, a que te dedicas?
Y ella respondió con mucha felicidad y brillo en sus ojos...
- Yo tengo la mejor profesión del mundo, soy MAESTRA.
- inmediatamente dentro de mi pensé que ella seria quien podría sacarme de mi analfabetismo y  algo apenado empecé a contarle mi historia…
Yo fui el único hijo del matrimonio de José Joaquín Díaz y Martina Valdez, en este momento estoy pasando por una dura situación, hoy exactamente hace 3 años ellos murieron en un accidente en la carretera – No pude contener mi dolor y de repente solté una lagrima, Clara con mucha finura la seco, este fue el primer acto que me demostró su grandeza como persona – continuando le conté que no sabía leer ni escribir, ella me dijo – conozco muchas personas que al igual que tu se encuentran en el analfabetismo, por eso con el señor Rocky, el director de la escuela donde trabajo, hemos creado un instituto llamado ‘nunca es tarde para aprender’, si te interesa puedes asistir.
Y así fue, una semana después de conocer esa mujer que se robaba mi atención empecé a asistir a aquel instituto, el señor Rocky que algún día también fue analfabeta nos alentaba y así cada día progresaba mas, sentía que el dolor se desvanecía poco a poco, en realidad hacía muchos años no me sentía tan orgulloso de lo que hacía, con ayuda de María Clara aprendí a leer y a escribir, la escuela es un lugar único e inigualable, allí  adquiría saberes, se conjugaban las experiencias y los conocimientos, compartía con personas  permanentemente y esto me ayudaba a relacionarme y lograr nuevas amistades, comprendí que esta vocación no solo es educar o enseñar sino también aportar tiempo libre y comprensión, en Clara encontré apoyo, una mano amiga, era yo el ser más feliz de todo el universo, había superado y ocultado mis tristeza.
Años después me gradué como bachiller, quería continuar con una carrera, mi sueño era ser maestro, Clara me enseño que esta profesión es la más hermosa que existe. Ella como siempre estuvo allí, me dijo – ¡Serias un estupendo maestro! – esto me lleno de ganas y empuje.
Clara y yo nos enamoramos, un amor puro sin interés alguno creció entre nosotros, ella, una mujer única entre todas, me ayudo a salir de ese oscuro mundo en que me encontraba. Transcurrido el tiempo iba mejorando mis estudios universitarios y mi relación, conseguí un trabajo en una ferretería, todo iba muy bien hasta que una mañana recibí una llamada, me decían que Clara acababa de sufrir un grave accidente en el automóvil y que la tenían en urgencias, no pude contener mis lágrimas, lloraba sin cesar, recordé de repente todo el drama que sufrí con el accidente y la muerte de mis padres, me quería morir, me fui de inmediato al hospital, cuando llegue allí estaba Teresa y Rocky, me recibieron de un fuerte abrazo, sabían del dolor que estaba sintiendo.
De repente salió el Doctor y nos dio una noticia para nada buena, nos dijo que Clara estaba en estado de coma y que las posibilidades de que sobreviviera eran nulas, ya que el trauma era fatal.
En ese momento Teresa exclamo con mucho horror- ¡Oh Dios mío, que será de la vida de nuestra Clara! Y corrió en llanto.
La vida de nuevo me estaba dando la espalda, pero esta vez no iba a dejar que el dolor se adueñara de mí, me propuse sacar fuerzas para alentar a Clara así como ella lo había hecho conmigo, aunque las posibilidades eran mínimas, yo puse en los doctores toda mi fe.
Un mes después Clara se empezó a recuperar, todas las tardes luego de terminar mi jornada de trabajo la visitaba, sentíamos felicidad de vernos, el amor nos unía cada vez más, el día de mi graduación ella estuvo en primera fila con el señor Rocky apoyándome como siempre.
En la ceremonia de graduación me pidieron que dijera unas palabras y yo muy feliz dije:
  “En esta larga experiencia comprendí que hay pautas de las cuales maestros y alumnos debemos adquirir para una mejor educación y calidad de vida, ya que un educador no es un ser iluso que asume del acto formativo sin anclaje en la realidad, es decir, que tiene bases en conocimientos y experiencias como personas, ya que para la educación no hay límites ni excusas, todos los días debemos agradecer a nuestros maestros, gracias a ellos hoy estamos acá, muchas veces la vida nos pone obstáculos y solamente quienes tienen una buena formación y saben tomar decisiones son quienes salen adelante”
Todos los presentes aplaudieron al escuchar mis palabras, Clara estaba muy feliz y orgullosa de los logros alcanzados en mi proceso.
Un dia quise  invitar a unos amigos a celebrar que había conseguido trabajo en un colegio como profesor de español, y estando todos  reunidos, decidí pedirle matrimonio a Clara, ella de la emoción se quedo en shock, decía que siempre había anhelado se día. Nos casamos y tuvimos un hermoso hijo llamado Juan José, ellos dos y mi profesión llenaban mi vida, aunque el recuerdo de mis padres seguía vivo, ya el dolor se había ido y por fin había logrado superar el mundo oscuro en el que me encontraba.
Clara y yo nos sentimos orgullosos de haber vencido la ignorancia y todos los obstáculos que se nos presentaron para poder ser felices, nuestro próximo propósito fue hacer d nuestro hijo una persona con una buena educación y formación como ciudadano.

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